OTRA NUEVA REFORMA NOS ACECHA

Tengo 49 años. Empecé a acudir a un centro educativo bajo el paraguas de la Ley General de Educación. Posteriormente, cuando apenas tenía 11 años, vi nacer la LOECE, ley que tuvo un recorrido de apenas 5 años. Más tarde llegó la LODE y cuando decidí formarme para dedicarme profesionalmente a la educación, lo tuve que hacer bajo una nueva ley, la LOGSE. Posteriormente el rosario de leyes ha sido la tónica general… llegó la LOPEG, la LOCE, la LOE, la LOMCE y ahora se habla de que se quiere realizar una nueva reforma.

Mientras nuestro sistema educativo ha padecido este dilatado recorrido legislativo, nuestro alumnado sigue cosechando unos paupérrimos resultados en la pruebas PISA entre los países de la OCDE y ostentamos el título de ser el segundo país (solo nos gana Malta) con mayor tanto por ciento de alumnos que abandonan sus estudios.

Los maestros, o al menos yo, estamos hartos. Estamos cansados de estar a merced de los vaivenes políticos, de los caprichos de unos y otros, de normas que no aportan absolutamente nada, que ley tras ley nos vuelvan locos a los que nos dedicamos a esta profesión, pero que no se aporte ninguna solución a las múltiples carencias y limitaciones que por desgracia padece nuestro sistema educativo y sufren nuestros educandos.

Miren señores y señoras legisladoras de este país, ¿de verdad quieren solucionar la preocupante situación educativa? ¿Se han dado cuenta que el futuro de un país depende de un sistema educativo de calidad?. Nos han traído muchas leyes y nos han vuelto locos a todos, pero les diré que lo único que se ha logrado es que nuestro alumnado se halle inmerso en la desidia, el fracaso y la desmotivación.

Quizás peque de atrevido, pero si es verdad que quieren cambiar, una vez más, el sistema educativo, les dejaré unos pequeños consejillos que creo que no vendrán mal. Ahí voy…

En primer lugar no vuelvan a hacer una ley educativa y para ello lo mejor que pueden hacer es abandonar el camino de la educación. Dejen la educación en manos de expertos, que por cierto en este país los hay muy buenos. Déjenles a ellos y ellas que desde su buen hacer y desde su formación y profesionalidad, diseñen el sistema educativo. Ustedes lo único que tienen que hacer es buscar recursos y dotar de medios al sistema educativo. Esa es su única obligación, generar partidas presupuestarias destinadas a la educación. Lo que es el sistema educativo como tal, déjenlo en manos de expertos independientes de ustedes.

En segundo lugar la educación no puede estar sometida a los vaivenes políticos. Pacten, pacten, pacten… ya sé que la clase política es incapaz de llegar a acuerdos de larga duración, pero cuando hablamos de educación, esto es de vital importancia. Necesitamos urgentemente de un pacto educativo.

Tercero. No tendremos un buen sistema educativo sino tenemos buenos educadores. Hay que trasformar de arriba abajo la formación del docente y para ello es de vital importancia darle dos vueltas a la formación del profesorado para que este sea formado para ser competente en su acción profesional. Así mismo hace falta que el educador tenga un prestigio y un respeto que ahora mismo no lo tiene, pero de la misma manera, el sistema educativo debe exigir al docente un reciclaje porque por desgracia, y hay que decirlo también, hay colegas de profesión asentados en su sillón que ni han evolucionado, ni se han adaptado a las exigencias actuales y ni tienen intención de hacerlo.

En cuarto lugar jamás conseguiremos absolutamente nada si el sistema educativo sigue viendo en el chaval solamente a un alumno al cual llenar de contenidos y no ve en él una persona a la que acompañar en su proceso de maduración. La razón de ser del sistema educativo no es otro que dotar al alumno de recursos y habilidades para que este sea capaz de buscar su espacio en este complejo mundo y alcance el único objetivo en el que merece la pena pensar: la búsqueda de la felicidad.

En quinto lugar necesitamos un sistema educativo que no busque alumnos que aprueben exámenes, sino que genere alumnos que creen, que experimenten e indaguen, que sean capaces de buscar soluciones a los problemas, que sean autónomos, que sepan trabajar en equipo… En definitiva necesitamos enseñar a pensar, no a reproducir contenidos previamente aprendidos.

En sexto lugar es necesario y de vital importancia que en el curriculum el alumno tenga mucha carga lectiva dedicada a la educación en valores, a la educación emocional, a la interioridad, al mindfulness, al arte…. en definitiva al ser, a asuntos que nuestro sistema educativo, por desgracia, los tiene relegados a un segundo plano. En la actualidad el sistema socio-económico intoxica a los alumnos con la necesidad de tener generando un mundo extremadamente competitivo que relega la atención a la diversidad a planes anecdóticos e incentiva la nota numérica como el único premio por el que merece la pena luchar en la escuela. Sinceramente creo que jamás crearemos una sociedad de futuro, si en nuestras escuelas no invertimos los parámetros y hacemos ver a los chavales que lo importante es ser, luego saber, y lo último tener.

El séptimo punto me lleva a la necesidad de personalizar e individualizar el proceso educativo. Si cada chaval es diferente, ¿por qué les damos a todos lo mismo, al mismo tiempo y de la misma forma?. Dejemos que cada chaval se desarrolle como es y potencie al máximo sus cualidades. Demos espacio y cabida a cada chaval de forma individual, desarrollando y posibilitando su desarrollo. El sistema educativo actual a todos nos sirve en la misma bandeja cuando todos sabemos que cada chico y cada chica es un mundo diferente con cualidades y potencialidades diversas que le hacen único y diferente al resto. Claro está que nada de esto se puede desarrollar si tenemos un número excesivo de alumnos por aula.

En octavo lugar es necesario cambiar nuestros métodos. No podemos enseñar como lo hacíamos hace 40 años puesto que el individuo y la sociedad como tal, es diferente. Hoy las aulas las llenan los nativos digitales y la forma de estos para acceder a la información y al conocimiento, nada tiene que ver con el aprendizaje que nosotros vivimos en nuestro periplo estudiantil. Si queremos llegar al alumnado, si le queremos motivar y engancharle, debemos aprender que no podemos seguir utilizando los mismos medios y recursos didácticos. Lo de antes ya no engancha ni motiva.

En noveno lugar está claro que nada puede hacer la escuela si la familia no es su aliada. Hace falta ir de la mano, pero sobre todo hace falta conciliar la vida familiar para que padres y madres pasen muchas horas con sus hijos e hijas acompañando a estos y estas en su proceso educativo.

En fin, el sistema educativo está haciendo aguas desde hace mucho tiempo. La solución no la va a dar una nueva reforma, solamente un pacto educativo que asegure los puntos que he plasmado con anterioridad.

Iñaki Goldaraz Valencia (Educador)

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